miércoles, enero 01, 2014

A vos:

A vos: morocha pelo mojado más morocho después de la ducha en la costa, cafecito en la peatonal, espalda ardida por el sol, risa contagiosa, infiel empedernida.

Y a vos: rubia flequillo corto más corto cuando calzabas musculosa, birra en el sucucho y aliento a tabaco, cadencia blusera, mente sorda, ególatra ilimitada.

Y también a vos: pelirroja color nariz sangrando, cocainómana lúdica, maltrato frente a mis viejos, viajes sin aviso y ausencias eternas.

O a vos: castaña con los dientes castañeteando por el frío en la parada del bondi, paranoia de los mensajes en mi celular, detective aficionada, autoestima durmiendo en el inodoro de tanto meterte los dedos en la boca.

A vos.
A todas.
Vuelvan. Mi vida es demasiado hermosa.

lunes, enero 04, 2010

Manual de combate

Dijeron que Céline era un nazi
dijeron que Pound era un fascista
dijeron que Hamsun era un nazi y un fascista.
pusieron a Dostoievsky frente a un
pelotón
de fusilamiento
y mataron a Lorca
le dieron electroshocks a Hemingway
(y vos sabés que se pegó un tiro)
y echaron a Villon de la ciudad (París)
y Mayakovsky
desilusionado con el régimen
y luego de una pelea de enamorados,
bueno,
también se pegó un tiro.
Chatterton se tomó
veneno de ratas
y funcionó y algunos dicen que Malcom Lowry se murió
ahogado en su propio vómito
borracho.
Crane se tiró a las hélices
del barco o a los tiburones.

El sol de Harry Crosby era negro.
Berryman prefirió el puente.
Plath no encendió el horno.

Séneca se cortó las muñecas en la bañera (es la mejor manera:
en agua tibia)
Thomas y Behan se emborracharon
hasta morir y
hay muchos más.
¿y vos querés ser un
escritor?

es esa clase de guerra:
la creación mata,
muchos se vuelven locos,
algunos pierden el rumbo y
no lo pueden hacer
nunca más.

algunos pocos llegan a viejo.
algunos pocos hacen plata.
algunos se mueren de hambre (como Vallejo).
es esa clase de guerra:
bajas por todas partes.

está bien, adelante
hacelo
pero cuando te ataquen
por el lado que no ves
no me vengas con
remordimientos.

ahora me voy a fumar un cigarrillo
en la bañera y luego me voy a ir
a dormir.

Charles Bukowski

miércoles, septiembre 03, 2008

Me aterra

Pensar que si un día todos y cada uno decidiéramos a matar a una persona -sólo a una persona-, se acabaría el mundo.

viernes, junio 27, 2008

En mi cumpleaños

En mi cumpleaños, como en el tuyo, sobre todo, hay

Hay gente que te pregunta si te sentís más viejo, y gente que se ve más vieja.
Hay racimos de hombres hablando de fútbol. Hay cargadas sobre fútbol.
Hay mujeres que se conocen poco, y poco hacen por conocerse.
Hay abrazos.
Hay charlas protocolares y estériles.
Hay quien mira la tele. Quien sube el volumen, y quien lo baja.
Hay comecocos.
Hay cerveza en el freezer, y hay ¿no me hacés un favor?
Hay música de fondo que nadie escucha y que nadie se decide a apagar.
Hay uno al que le preguntan si ya está de novio.
Hay vasos volcados, y eventualmente, rotos.
Hay una que te tiene ganas. Y uno que le tiene ganas a ella.
Hay sospechas de que uno del grupo es puto.
Hay certezas de que otro es yeta.
Hay regalos de vaquita cuyos inversores costará recordar.
Hay remeras que podés cambiar con la bolsa.
Hay escasez y sobredemanda de lo que jamás se toma.
Hay padres preocupados por la comida.
Hay gente ocupándose del timbre.
Hay una tabla meada.
Hay un teléfono que suena.
Hay borrachos disimulados y de los otros.
Hay futura esposa.
Hay algún que otro monologuista.
Hay mucha hambre.
Hay quién es aquella.
Hay una torta esmerada de azarosa aceptación.
Hay uno que se ocupa de la cámara. Hay autofoto. Hay quien dice que salió con los ojos cerrados.
Hay quien grita whisky. Y quien se lo toma.
Hay quien te sugiere un deseo. Hay quienes te gritan directamente los tres.
Hay promesas de juntarnos más seguido.
Hay ausentes.
Hay uno que es el último en irse.


Pero también

Hay otros colores además del rosa.
Hay prejuicios, secuelas, y sonrisas fingidas.
Hay vaca, y hay gente que llora.
Hay otro que, una vez al año, maldice la fecha.
Hay que limpiar la casa.


Aunque lo destacable es que

Hay siempre más remo del imaginable.
Y hay conmoción.
Porque conmueve la coordinación y la puesta en escena para que, al menos ese día, seas el tipo más feliz del mundo.

viernes, febrero 29, 2008

Trampa al solitario

Siempre fui de esos que adelantan los relojes para no llegar tan tarde.
De los que se permiten todo con la excusa de no lastimarse.
De los que se resguardan de sus propias inclemencias. Y se consienten. Y se miman.

Claro que tanto malcriamiento puede ser perjudicial. Tanta carta blanca y tanta permisividad pueden jugar en contra.

Siempre fui de esos que se consolan con zonzeras.
De los que buscan la única explicación que encuentran.
De los que se toman de un tirón el vaso medio lleno. Incluso luego de haberlo volcado.

Claro que mi autoamor de excusas puede no ser más que un escudo de humo. De los que no protegen, y además, contaminan los pulmones.

Siempre fui de los que no se toman las cosas tan en serio. Sobre todo las malas. Sobre todo las propias.

Bueno.
No es para tanto.

Siempre fui de consolarme con zonzeras.

martes, enero 01, 2008

Como es normal

Cuenta la historia que el rey, como es normal, reinaba.

Y el plebeyo, como es normal, se pelaba las rodillas.
Los brillos de la corona lo encandilaban, y hacía tiempo que no lo dejaban ver.

Hasta que un día, como es normal, se cansó de tanta ceguera.
Podía revelarse, o buscar otro rey de otro suelo.

Cuenta la historia que el plebeyo se armó, lo mejor que pudo, para hacerse valer.
Y que caminó, muy seguro de sí mismo, hacia el castillo.
Las puertas se abrieron y no hubo guardia que saliera a su cruce.

El rey estaba, como es normal, en su gran alcoba.
El plebeyo, con la decisión y la espada tomada, arremetió contra la enorme figura de su majestad.

Cuenta la historia que dos cosas sucedieron.
Una, que la belleza lo encandiló otra vez.
Y dos, que no pudo lastimar al déspota que tanta fascinación le generaba.

Entonces, no pudo hacer más que dar media vuelta y volver a su lugar.
A pelarse las rodillas.

Y cuando todo estaba bien

Cuando los momentos son eternos,
fotografías que prometen años,
felicidades que encandilan,
golosinas que no empalagan.

Cuando los días son éxtasis,
brillos delicados sin fin,
besos que no caben la boca,
realidades antes irrealizables.

Cuando los tratos son compromisos,
juramentos que no hace falta firmar,
bienestares muy recomendables,
abrazos más bien sellos.

Y cuando todo estaba bien,
asoma el enemigo,
entra en escena él,
siempre implacable.

Y cuando el mundo era rosa,
cuando las navidades eran diarias,
cuando los brindis se amontonaban,
asoma el enemigo,
entra en escena él,
siempre implacable,
siempre innombrable.

miércoles, octubre 31, 2007

Ocho Cucarachas (para Mai)

Ocho cucarachas habitan mi cuaderno. Ocho cucarachas que pasan de una hoja a otra, mirándose entre sí y burlándose de mí.
Son ocho las cucarachas, algunas del tamaño de un botón, otras como gomas de borrar. Unas pocas como patinetas.
Van y vienen, se esconden, esquivan mis puñetazos. Hay una que trota, otra que canta, y el resto parece jugar a la escondidas.
No las odio, no las quiero, no me divierten, no me repulsan, sólo me molestan.
Son ocho las cucarachas, que zigzaguean mis renglones como borrachas, que desafían la punta de mi birome.
Son ocho las cucarachas que chapotean y desdibujan mi tinta, y me da la sensación de que no les gusta lo que escribo.

Ocho cucarachas okuparon mi cuaderno. Ocho cucarachas que se mueven cómodas, como en casa, hamacándose o durmiendo la siesta en el alambre espiralado.
Son ocho las cucarachas los únicos habitantes vivos de mi cuaderno, porque las pocas letras parecen inertes a su lado.
Corren y juegan, felicean, y están lejos de temer. Ahora hay una que es piedra, otra que es papel, y otra que es tijera. El resto recita adivinanzas, y también las inventa.

Eran ocho las cucarachas, hasta que cerré mi cuaderno y me senté sobre él.
Eran ocho las cucarachas, y ahora son esto.