Hace un tiempo una charla derivó hacia temas terrenales y no tanto.
Me dijeron:
Cuando alguien se muere, se muere. Y ahí no hay discusión.
Sin embargo, cuando por circunstancias de la vida tenemos que creernos que alguien murió, la cosa se complica.
Uno entiende y se resigna a olvidar a un muerto, pero ¿cómo se hace para despegarse de alguien que sigue vivo pero matamos?
Dije:
Ah... claro, es difícil... me imagino que será cavar y olvidar.
Y hoy me digo:
Que ese día respondí por inercia, sin entender lo profundo del asunto.
Que quien resuelve esa cuestión tiene el 90% de la vida solucionada.
Que no es mi caso.
lunes, octubre 16, 2006
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