viernes, octubre 13, 2006

¿Y si...?

Al despertarme una mañana la gente me trató de Dios.
Mucha gente me trató de Dios.
Una señora, un nene, un abuelo, una adolescente, una monja, vos.
Mucha gente.

Sin quererlo era Dios. Sin creerlo era Dios.

Y Dios puede hacer todo, me dije. Hasta dejar de ser Dios.
Me concentré, deseé con fuerza y conté hasta tres.
Entonces dejé de ser Dios y dejé de ser.
Yo no quería.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Serás lo que debas ser o no serás nada", bueno...yo no hago lo que debo, ni hago lo que quiero...hago lo que me sale