Y después

Un presidente acosado por ahorristas responde “Abro los bancos y que sea lo que Dios quiera”. El responsable de una nación, el máximo referente de 33 millones de tipos se encomienda a un ser imaginario, y después el desubicado soy yo.
Treintaitrés tipos cortan avenidas por cerveza, que le pagan a cambio de su pancarta otros treintaitrés tipos, y el tachero putea, y el colectivero putea, y llego tarde al trabajo y después el impaciente soy yo.
Los negocios sucios se descubren por tevé, los fiscales son los periodistas, los jueces los medios, y los canales los entretenedores, y el boludo de la velita soy yo.
El coro Keneddy canta, a Hadad le encanta, y el que tiene hambre siempre es otro, el que espera la prueba de vida es él, y el que está en lista de espera soy yo.
Doctorado en limpiaparabrisas, licenciatura en opinología, master en trapito, y el que ya no entiende nada soy yo.
Queremos estudiar, pero no hay cupo, déje que yo me ocupo, es que partimos del supuesto que nunca hay presupuesto.
Títulos comprados, alumnos esclavos, ocho años de medicina con vallas, trámites y sellos, y el problemático soy yo.
De a 1 centavo nos cagan el vuelto, nos comen la ficha y puteo a la máquina, y el desconsiderado soy yo.
Almorzamos asado, compartimos el acto, hasta te presto el auto, y el único barrabrava soy yo.
Es que es lo que heredamos, magia no podemos hacer, y el malabarista con el sueldo soy yo.
Yo siempre lo dije y nadie me dio bola, estaban todos ciegos, y los que fuimos a Punta Cana no fuiste vos, ni yo.
Voy a ser el médico de cada argentino enfermo, voy a ser el policía que vele por la seguridad de cada argentino en peligro, voy a ser el maestro ejemplar de cada escuela, voy a escaparme en un helicóptero. Y después el senil soy yo.

Pero ahora sí, prepárense. Voy a ser el nuevo Perón. La justicia será justicia social. Yo soy de izquierda, y vine a hacer de Argentina un país en serio. Y después, y después, pero por favor... después el infantil soy yo.